Las ONG de la provincia encuentran dificultades para sacar adelante sus proyectos de cooperación al desarrollo ante los recortes de las administraciones • Abogan por sensibilizar a la ciudadanía, que respalda a las organizaciones
Hace años, España dejó de ser un país receptor de ayudas de proyectos de cooperación internacional y fue, entonces, cuando surgió uno de los movimientos que reivindicaba que el Gobierno dedicara el 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) a programas de solidaridad en otros países con dificultades de desarrollo. Al final, hubo un compromiso de los partidos políticos e incluso un Pacto de Estado contra la Pobreza, con la mirada puesta entre 2012 y 2015.
El modelo de cooperación funcionaba, se había convertido en una seña de identidad de España y era un referente en la escena internacional. Pero la crisis económica llegó y ha sido un contratiempo con el que nadie contaba. La ayuda oficial para contar con un mundo más justo ha caído ahora a niveles de hace 20 años, después de que los Presupuestos del Estado acumulen un recorte del 73% desde 2011. Es el momento de destapar nuestras vergüenzas y quedar como un país insolidario.
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